El 16 de agosto de 1863







El 18 de marzo de 1861, fue arriada en toda la República la bandera tricolor símbolo del pueblo dominicano, en su lugar fue enarbolada la española. Volvía la nación a ser tutelada por el trono peninsular, esta vez dirigido por Doña Isabel Segunda.

La soberanía era entregada voluntariamente, sin derramamiento de sangre, por el Presidente de la República, General Pedro Santana Familia, quien fue honrado por la Corona de España con pomposos títulos, como el de Gobernador Civil, Capitán General de la Colonia, Senador del reino, Teniente General de Los Reales Ejércitos y Marqués de las Carreras.

Santana había nacido en el Poblado de Hincha en el año de 1801, poseía un hato en la ciudad del Seibo llamado Hacienda el Prado, se había destacado como General y Patriota durante la guerra en contra de Haití y, era considerado como héroe nacional, por haber derrotado al ejercito haitiano en las Batallas de Azua y las Carreras. A la sazón ejercía la presidencia de la República por tercera vez.

A sus 60 años el Hatero del Seibo carecía de la energía mostrada en el pasado. Tratando de perpetrarse en el poder, envió a Felipe Alfau en calidad de ministro en misión especial a España, con el fin de gestionar la anexión a la madre patria. Argumentó querer librar al país de la amenaza haitiana, así como de las incontables escaramuzas políticas que diezmaban su población.


Las gestiones llevadas a cabo ante la corona, encontraron terreno fértil, pero no contaban con el apoyo del pueblo, el cual no había sido consultado. Por lo que prontamente se iniciaron las protestas en todo el territorio dominicano. En la capital, el padre Fernando Arturo De Meriño, el general Eusebio Manzueta y el prócer Matías Ramón Mella Castillo, fueron los primeros en manifestarse contra la anexión.

En Santiago, el pueblo tras ser invitado, no acudió al cambio de bandera en la Fortaleza San Luis. En San Francisco se impidió a tiros el izamiento del pabellón Español. La noche del 2 de mayo de 1861 el coronel José Contreras y Cayetano Germocén tomaron por asalto la población de Moca, proclamando la restauración de la República. Siendo más tarde sometidos y luego fusilados junto a otras 23 personas, por las tropas del general Suero- la orden fue dada por el general Santana.

El general Francisco del Rosario Sánchez al momento de la anexión, se encontraba en el exilio y tan pronto se enteró de la noticia viajó hacia Haití. Penetró a la República Dominicana por su frontera sur, siendo vilmente traicionado por Santiago de Óleo, quien luego de herirle en la loma Juan Cruz, le entregó a las tropas anexionistas.

Sánchez prócer de la Independencia, había nacido en la ciudad de Santo Domingo el 9 de marzo de 1817. Cayó fusilado por órdenes de Santana, en San Juan de la Maguana, el 4 de julio de 1861, junto a 20 compañeros; tras un simulacro de juicio militar, encabezado por el General Domingo Lazala. Sus últimas palabras fueron: "Decid a los dominicanos que muero con la patria y por la patria".

En Santiago el 26 de febrero de 1863 estalló otro fallido intento revolucionario. Al momento del levantamiento el general Campillo que era el comandante de la plaza estaba ausente. Esta nueva aventura revolucionaria estaba liderada por el poeta Eugenio Perdomo. Los alzados fueron apresados y juzgados por una comisión militar.

El 17 de abril, Eugenio Perdono, Carlos de Lora, Vidal Pichardo, Pedro Ignacio Espaillat fueron fusilados. Se cuenta que a los patriotas les fueron ofrecidos burros para que les llevasen al cadalso, lo que era una costumbre. "Negándose" Eugenio Perdomo con la siguiente frase: “Cuando los dominicanos van a la gloria, van a pie".

Al llegar el decreto real de fecha 19 de mayo de 1861, en que la reina aceptaba la anexión, la revolución era inminente. La sangre de los próceres que había sido derramada y el trato desigual que existía entre españoles y dominicanos incrementaron las tensiones a tal nivel, que el 11 de agosto de 1863 fue declarado el estado de sitio en todo el país y se pidieron tropas de refuerzo a Cuba y Puerto Rico. El mismo Santana se vio precisado a renunciar como Capitán General de la Colonia; pues carecía de poder real. En su lugar fue de designado Felipe Rivero y Lemoine.

El 16 de agosto de 1863, los patriotas Santiago Rodríguez, José Cabrera, Benito Monción, y Pedro Antonio Pimentel junto a otros once Dominicanos cruzaron la frontera norte y en la loma llamada Capotillo, enarbolaron la bandera tricolor, iniciando así la guerra que restauraría la soberanía entregada por Santana.

Los patriotas atacaron los pueblos de Sabaneta y Montecristi. El general español Buceta comandante de Santiago, se encontraba en Dajabón al estallar la revolución, fue perseguido por el general Pimentel cuando trataba de regresar a la Fortaleza San Luis por la ruta de Guallubín. Se dice que pudo salvar la vida, arrojando onzas de oro en el camino, para distraer a los patriotas que le perseguían.

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